Tirar de una cuerda suelta (al lado de un precipicio)

En pocos minutos un día que parecía ser bueno ha decaído y ha enmudecido a un pueblo entero. ¿Verdaderamente esta es la solución al «problema» independentista? Déjenme decir que no creo que lo sea. Claro que se puede decir que la ley es la ley y que se saltaron a ley a su voluntad. Y poco catalanes se lo contra-argumentarán puesto que no son tontos y saben muy bien cómo funcionan las cosas. Y déjenme decir que eso es lo más interesante de todo, aceptan esas infracciones para llegar a «su voluntad». Pero volvamos al tema estrella de hoy.

Estamos hablando de juzgar por enaltecer al pueblo a revelarse contra las Fuerzas de(su)l (des)orden. Pero tal revelación nunca ha existido. Esa parte del pueblo, que merece tanta escucha como la otra, salió por su propia voluntad. Nadie les obligó, sólo su corazón. (y de eso ya hablaremos). Y para esa gente y para ese pueblo que quería votar después de 12 años, porqué tiempo han tenido los Gobiernos eh, detener a aquellos que les han representado, y que tan «bien» han cumplido su programa electoral (quién sabe si les han detenido por no haber mentido como los demás), es un golpe muy bajo hacia ellos. No sólo por eso, sino porqué ahora según la justicia son sublevados, rebeldes, mala gente violenta. Y ahí han echo daño. Los políticos, y lo que dieron a entender a la gente, aceptaron las penas hace tiempo pero lo que nadie aceptó, ni debe aceptar, es que un pueblo que quiso ser escuchado de una vez por todas (y podría haber sido escuchado mucho antes sin llegar a tan lejos como ahora) sea un pueblo violento y justifique la encarcelación de esas personas que salieron a representarlas (aunque de dudosas ejecuciones, todo sea dicho).

La verdad es esta y no puede ser de otra manera. La gente se siente enfadada y no tanto por los detenidos sino porqué son, el pueblo, la herramienta para justificar su detención.