Nos gusta el humor, o así lo queremos llamar

Llego del cole. Cansado. Saludo a mi familia y entro en mi habitación. Cierro la puerta con portazo. Mierda. Me he olvidado de cerrar la ventana esta mañana.
Enciendo el ordenador, entro en mi usuario y accedo a mi Facebook. Miro los post de mis «amigos» y entro en una página de humor. Me río mucho. Me siento más animado.

Sigo «surfeanfo» por Facebook cuando encuentro un grupo de humor bastante valorado. Decido indagar más. Empiezo a leer los post, algunos hacen gracia. Otros me disgustan.

Busco algunos de los posts más valorados. «A ver este».
Observo le la imagen de un niño, negro como no, bebiendo agua pantanosa. Encima, una frase: «Que no nos engañen, tienen ríos de chocolate». Cuantos «likes», cuantos comentarios, más o menos, fuertes. Que triste.

A esto no referimos con humor? Esto nos hace gracia?

Como podemos ser capaces de reírnos de la desgracia de muchos. Desgracia que, en parte, ha sido y, está siendo,  ocasionada por nosotros.